martes, 7 de mayo de 2013

La contaminación y el cambio climático dejan Bangladesh sin agua potable

Bangladesh va a enfrentarse a un grave problema de reducción en la disponibilidad de agua potable. En especial, en regiones de difícil acceso. El país sufre los efectos del cambio climático y la situación irá empeorando paulatinamente, según los expertos. Así se desprende de un estudio elaborado por el Programa sobre Agua y Servicios Sanitarios del Banco Mundial.

Según el estudio, unos 28 millones de bangladesíes, lo que supone algo más del 20% de la población, viven en condiciones en las que es difíciles acceder a agua potable. Son varias las regiones en las que la accesibilidad a agua potable es difícil: zonas montañosas, regiones costeras y zonas húmedas en el noreste del país.

Las personas que viven en estos lugares son las más vulnerables a desastres naturales como inundaciones, erosión y sedimentación en las riberas de los ríos. Además, como resultado del cambio climático, la salinidad en las zonas costeras de Bangladesh ha aumentado mucho, provocando la falta de agua dulce. Las mujeres de estas zonas costeras tienen que recorrer varios kilómetros para llenar jarras, baldes o cubos de agua potable.

Arsénico en el agua


El propio aumento de las condiciones climáticas extremas (inundaciones, tormentas y ciclones) contribuyen al aumento de la salinidad del agua y otros problemas relacionados con el acceso a agua potable. Un fenómeno que se retroalimenta. La erosión de las riberas de algunos ríos han provocado que muchas personas se conviertan en refugiados. La cantidad de arsénico en el agua subterránea es muy alta y no es seguro beberla. Cada vez hay que cavar más hondo si se quiere obtener agua libre de arsénico.

Las fuentes de agua potable superficiales ya se han agotado en muchas regiones del país, lo que tendrá un grave impacto sobre el acceso al agua potable, los servicios sanitarios y de canalización y los ecosistemas.

La sequía en el norte de Bangladesh ha provocado que haya que cavar más de 350 metros para llegar a agua potable. Además, se prevé que la situación empeore porque las lluvias han siso inusualmente escasas y los acuíferos subterráneos no se han repuesto. En las zonas cercanas a la costa se produce otro fenómeno. El agua de mar se filtra en los acuíferos y hace que el agua potable de la capital, Dhaka, sea cada vez más difícil de beber.

Las lluvias en Bangladesh se han reducido a la mitad y se vuelven más impredecibles, lo que aumenta el nivel de salinidad en las aguas subterráneas, que ha alcanzado un nivel de más de 20 partes por mil, cuando el cuerpo humano no puede tolerar más de cinco partes por mil.

La solución puede estar en conservar el agua de lluvia en estanques artificiales y distribuirlo entre las comunidades. La filtración y las plantas desalinizadoras son demasiado caras, pero quizá sea la única posibilidad.